Mindfulness es un término inglés compuesto por “Mind”, que significa mente y “Fullness” que podemos traducir como plenitud.
Esta disciplina consiste en el entrenamiento de tres habilidades cognitivas (concentración, atención y percepción) a través de un trabajo personal sobre los tres cuerpos (físico, mental y emocional).
La práctica se fundamenta en una metodología sistemática sencilla fundamentada en tres pilares:
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Actitud Positiva:
Evitar adoptar un rol de víctima del exterior y tener presencia con consciencia en la experiencia presente, con una entrega amorosa máxima y un compromiso profundo sin expectativas.
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Aceptación:
Integrar la realidad neutra, sin interferir para controlar los hechos, ni huir negando lo sucedido o buscando una compensación; sin resistirse designando culpables, ni rendirse con actitud fatalista y resignada.
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Meditación:
Aquietar el ruido mental para no ser reactivos y centrarnos en nuestra esencia, evitando así, que el ego decida por nosotros en piloto automático.
Beneficios de practicar Mindfulness
Entre los beneficios de su práctica, nos gustaría destacar los siguientes:
- Hace más saludable la relación que tenemos con nosotros mismos y con los demás porque ayuda a gestionar las emociones que determinan nuestros sentimientos, pensamientos y acciones o comportamiento.
- Enseña a ver las situaciones con una perspectiva más amplia, por lo que permite relativizar con mayor facilidad y visualizar nuevas posibilidades de elección.
- Naturaliza la convivencia con la incertidumbre en una actualidad donde todo cambia de forma continua, gestionando los cambios de forma sencilla y fluida.
- Desarrolla habilidades personales, profesionales y sociales, como, por ejemplo, la confianza, la creatividad y la empatía.
- Fortalece el sistema inmunitario al ser una opción alternativa y complementaria para combatir el estrés, la ansiedad, el insomnio y el dolor crónico.
- Previene la dispersión, la negligencia y la agitación mental al proporcionar calma y serenidad, que desembocan en quietud y lucidez mental.
Los enemigos más comunes que puedes encontrarte mientras recorres este camino pueden ser la falta de motivación, la ausencia de constancia, la ansiedad por alcanzar resultados rápidos y las falsas expectativas.
El antídoto ideal para todos ellos es buscar un compañero de viaje y caminar juntos.