Estimulación Prenatal
Estimulación Prenatal
El período de desarrollo prenatal engloba todos los meses de gestación donde tiene lugar el crecimiento del feto, empezando a contar desde la fecha de la última regla.
En líneas generales, este período consiste en 40 semanas, donde la mujer está sometida a numerosos y grandes cambios: fisiológicos, anatómicos y emocionales.
La actitud de la futura madre influye en la salud física y emocional del bebé, por lo que es esta etapa, interesa facilitar a la madre herramientas para gestionar los cambios, mitigando así los riegos de situaciones de estrés o depresión.
Por otro lado, también se tiene en consideración al bebé, ya que la estimulación prenatal se considera un proceso de comunicación bidireccional, donde los padres envían estímulos al bebé y éste, responde acorde al desarrollo de sus habilidades sensoriales y motoras. Los beneficios de estas actividades son fortalecer el desarrollo neurobiológico del bebé y los vínculos afectivos.
En este período, el sistema nervioso del embrión se está formando, por lo que aún no se puede comenzar a estimular sus sentidos; por ello, lo más recomendable es beneficiar al bebé de manera indirecta a través del bienestar emocional de la madre, quien le transmite esta sensación al embrión mediante las hormonas.
El taller de actividades de estimulación prenatal que se propone en el primer trimestre consiste en aplicar técnicas de relajación muscular a través de la respiración, la visualización de imágenes, la audición de música clásica e instrumental y el masaje aplicando aromaterapia (aceites e incienso) y cromoterapia (velas).
En este período, el sistema nervioso del bebé se ha desarrollado hasta tal punto que le permite responder a los estímulos de forma voluntaria y no de manera automática; empieza a ser sensible a la luz, al sonido y al tacto; también empieza a coordinar sus movimientos, manifestando períodos cíclicos de sueño y vigilia.
El taller de actividades de estimulación prenatal que se propone en el segundo trimestre consiste en realizar determinadas actividades con técnicas auditivas (música y conversación), visuales (linterna), motoras (estiramientos y posturas de yoga) y táctiles (caricias) que favorecerán la comunicación, el aprendizaje y el desarrollo físico, mental y sensorial del bebé.
Fundamentalmente se trabaja con el objetivo de que el bebé preste atención a un estímulo determinado, con el propósito de que responda a éste; por otro lado, se fomenta el desarrollo de la memoria, de manera que se proponen herramientas (canciones de cuna, cuentos haciendo inflexiones con la voz, música clásica e instrumental, estímulos de luz con linterna, caricia tras empuje de la pared abdominal debido a una patada, etc) para aplicar todos los días a la misma hora, por ejemplo, en el momento de irse a acostar para que asocie que es momento de dormir y descansar.
En este último período, el sistema nervioso del bebé se ha desarrollado hasta un nivel que le permite abrir los ojos para estimular la retina con la luz natural o artificial y favorecer la discriminación visual, identificando la orientación y la dirección de la fuente.
De la misma forma, el bebé aumenta su capacidad para discriminar voces, sonidos y ruidos; se recomienda informarle de las acciones rutinarias (pasear, comer, dormir, etc) y compartir con el bebé horas de escuchas de radio para que se familiarice con las diferentes voces de las conversaciones.
Por otro lado, a través de posturas de yoga adoptadas por la madre, se invita al bebe a posicionarse de determinada manera.
El taller de actividades de estimulación prenatal que se propone en el tercer trimestre consiste en continuar desarrollando las capacidades sensorial y emocional del bebé mediante actividades con técnicas táctiles, auditivas, visuales y gustativas, además de trabajar la percepción del estado de movimiento y reposo mediante bailes lentos y suaves de la madre; en un clima tranquilo, feliz y agradable.